Las plagas son uno de los principales desafíos para cualquier agricultor, y su rápida identificación puede marcar la diferencia entre una cosecha exitosa y una en la que tus plantas sufren daños importantes o, incluso, no sobreviven. En Galicia, donde la humedad y las temperaturas suaves favorecen la aparición de una gran variedad de organismos, conocer las plagas más habituales y saber cómo prevenirlas es fundamental para proteger tus cultivos de forma eficaz.
Plagas más comunes en Galicia y cómo reconocerlas
En la agricultura, llamamos plaga a cualquier animal, como insectos, ácaros o caracoles, que se alimenta de nuestras plantas y les causa daños, ya sea comiéndose sus hojas, raíces o frutos, o debilitándolas de otras formas. También consideramos plagas a los hongos y bacterias que pueden enfermar a los cultivos. Identificar correctamente qué está afectando a tus plantas es el primer paso para poder tomar las medidas adecuadas y proteger tu huerta.
En Galicia, la combinación de humedad y temperaturas suaves crea un entorno propicio para la aparición de diversas plagas que pueden afectar la salud de tus cultivos. Reconocerlas a tiempo y saber cómo actuar es fundamental para mantener una huerta sana y productiva.
1. Pulgón
El pulgón es uno de los invitados menos deseados en cualquier huerta gallega. Estos pequeños insectos se agrupan en los brotes tiernos y en el envés de las hojas, succionando la savia y provocando que las hojas se enrollen o se vuelvan pegajosas. Además, su presencia suele atraer hormigas, que se alimentan de la melaza que excretan.
Para prevenir su aparición, es útil plantar especies como la caléndula, que actúa como repelente natural, y evitar el exceso de fertilizantes nitrogenados, que favorecen su proliferación. También puedes fomentar la presencia de mariquitas, depredadoras naturales del pulgón.
Si ya han aparecido, el mejor tratamiento es usar el jabón potásico y el aceite de neem son tratamientos ecológicos muy eficaces. Ambos actúan de forma natural: el jabón potásico deshidrata a los insectos y el aceite de neem interfiere en su alimentación y reproducción, ayudando a controlar la plaga sin dañar el medio ambiente ni a los insectos beneficiosos.
2. Mosca blanca
La mosca blanca es otro insecto frecuente, especialmente en cultivos que están en invernadero o en condiciones de alta humedad. Se reconocen fácilmente porque, al mover la planta, salen volando en pequeñas nubes. Sus larvas y adultos se alimentan de la savia, provocando hojas amarillentas y debilitamiento general de la planta.
Para prevenir su aparición, las trampas cromáticas amarillas son útiles. Se trata de placas o bandas de color amarillo intenso, que atraen a los adultos de mosca blanca por su afinidad hacia este color. Al acercarse, los insectos quedan atrapados en la superficie pegajosa de la trampa. En el caso de los invernaderos, mantener una buena ventilación es clave para evitar la acumulación de humedad y la proliferación de este tipo de insectos.
En el caso de que la plaga ya se haya convertido en un problema, al igual que con el pulgón, lo más efectivo es optar por el jabón potásico y el extracto de neem. Adicionalmente, la rotación de cultivos ayuda a romper su ciclo vital.
3. Trips
Los trips son insectos alargados y muy pequeños, difíciles de ver a simple vista. Su presencia se detecta por la aparición de manchas plateadas o punteadas en las hojas, que pueden deformarse o secarse.
Prefieren ambientes secos, por lo que mantener una humedad adecuada y alternar los cultivos es una de las mejores maneras de prevenir su aparición.
Si los trips ya están presentes, opta por el jabón potásico, las infusiones de manzanilla y los lavados de agua. Son tratamientos suaves pero efectivos, que te permitirán mantener este tipo de insecto bajo control y proteger la salud de tus plantas de forma natural.
4. Caracoles y babosas
Los caracoles y babosas son especialmente activos en Galicia debido a la humedad ambiental. Suelen alimentarse por la noche, dejando agujeros en las hojas y un rastro de baba característico.
Para prevenir, lo mejor es mantener el terreno limpio de malas hierbas y colocar barreras físicas como ceniza o cáscaras de huevo. Estas barreras dificultan el desplazamiento de estos animales y los mantienen alejados de tus plantas.
¿Ya han aparecido? Puedes optar por trampas con cerveza, entierrando pequeños recipientes (como vasos o latas) hasta el borde y llenándolos con cerveza. Los caracoles y babosas se sentirán atraídos por el olor y caerán dentro, donde quedan atrapados. Otra opción efectiva y ecológica es la recogida manual, sobre todo al tardecer o después de la lluvia, cuando son más propensos a aparecer.

5. Orugas y larvas de mariposa
Las orugas y larvas de mariposa pueden causar daños importantes, especialmente en hojas y frutos. Se reconocen por los agujeros grandes en las hojas y la presencia de excrementos.
Ahuyéntalos cubriendo los cultivos con mallas antiinsectos, es una de las medidas más eficaces para evitar que las mariposas adultas depositen sus huevos sobre las plantas.
Si aparecen, los extractos de Bacillus thuringiensis (BT) son un tratamiento biológico muy recomendado. El BT es una bacteria que afecta específicamente a las orugas, provocando su muerte sin dañar a otros insectos ni a las plantas. También, revisa las hojas diariamente, esto te ayudará a detectar y eliminar manualmente las orugas antes de que causen daños mayore
6. Mildiu y oídio (hongos)
Por último, los hongos como el mildiu y el oídio son frecuentes en ambientes húmedos. El mildiu provoca manchas amarillas y posterior pudrición, mientras que el oídio forma una capa blanquecina o polvorienta sobre las hojas.
Para prevenirlos, es clave controlar el riego, es preferible regar por la mañana y evitar mojar las hojas, ya que la humedad persistente favorece el desarrollo de hongos. Opta por sistemas de riego por goteo o en la base de la planta. También te recomendamos mantener una adecuada separación entre las plantas y realiza podas de limpieza para favorecer la circulación del aire y reducir la humedad en el entorno. Por último, retirar hojas y ramas caídas, así como plantas enfermas, evitará que los hongos encuentren un ambiente propicio para su desarrollo.
Una vez que el problema ya existe, lo mejor es prepara una decocción de cola de caballo y aplícala sobre las plantas afectadas. La cola de caballo es rica en silicio y actúa como fungicida natural, reforzando las defensas de las plantas. También puedes optar por azufre y cobre, estos productos en dosis adecuadas y siguiendo las recomendaciones del fabricante, son muy eficaces con diferentes hongos.
🌱 Consejo del vivero: Cada plaga tiene su propio comportamiento y ciclo de vida, por lo que observarlas y actuar a tiempo es fundamental para minimizar sus efectos. Además, mantener el equilibrio natural de la huerta, fomentando la biodiversidad y la salud del suelo, es la mejor estrategia de prevención a largo plazo.
La mejor defensa es un cultivo bien cuidado
Cada huerta es diferente, pero todas comparten una verdad: cuanto más sano es el entorno, menos espacio hay para las plagas. Observar a diario tus cultivos, conocer sus ciclos y mantener un equilibrio natural son las claves para prevenir problemas antes de que aparezcan.
Y si alguna plaga se te resiste, recuerda que en Viveiro A Angustia estamos para ayudarte. Te ofrecemos no solo plantas fuertes y adaptadas al clima gallego, sino también asesoramiento cercano para que puedas cultivar con confianza, desde el primer brote hasta la cosecha final.